Albufera de Valencia

Desde que el Rey Jaume I mostró su predilección por La Albufera y la Dehesa, anexionándola al Patrimonio Real, todos los monarcas que le sucedieron durante la Edad Media, mantuvieron una minuciosa normativa de protección


Durante la Edad Moderna, continúan esta trayectoria de respeto y admiración por el lago y su entorno.

A la llegada de la dinastía borbónica, en el año 1708, Felipe V monarca de nefasto recuerdo para los Valencianos (Por la derogación de los Fueros, Batalla de almansa 1.707), vendió el señorío de La Albufera al conde de Las Torres, de esta manera el lago deja de pertenecer por primera vez al Patrimonio Real, hasta que Carlos III lo recuperó para la corona en 1.761, dictando las Reales Ordenanzas, para el buen uso de La Albufera de Valencia. La superficie del lago era, en esta época, de 13.972 hectáreas (cinco veces superior a la actual). 

Posteriormente Carlos IV la regaló a Godoy, reintegrándose de nuevo al Patrimonio Real en 1808, hasta que finalmente en el año 1873 pasó a ser Patrimonio del Estado con la aplicación de las leyes desamotizadoras, llegándose a proyectar, sin éxito, un plan de desecación y venta.

El periodo de gestión del estado comprendido entre esta fecha y su venta al Ayuntamiento de Valencia en 1.911, puede considerarse desafortunada, pues el lago registró una reducción de 8.130 a 2.896 hectáreas.

El medio Físico - Natural

El parque Natural de La Albufera presenta una gran variación de hábitats
que permiten la existencia de una diversa flora y fauna. 
1. La Restinga

Es el ambiente más complejo. 

Se refiere al cordón litoral que recorre el Parque Natural 
de norte a sur y cuyo origen se halla en las arenas distribuidas 
por la corriente de deriva y que han llegado al mar procedente 
de los aportes del río Túria.
Su tramo septentrional es el más interesante (Dehesa de El Saler). 

Hacia el sur se encuentra un tramo sumamente antropizado (El Perellonet, 
Perelló, Les Palmeres, Mareny de Barraquetes y Mareny Blay). 
Finalmente al sur de este sector se extiende desde Mareny 
de Sant Llorenç hasta el cabo de Cullera, un tramo que todavía 
conserva las dunas en estado original.      


2. La Marjal 

Es el ambiente que ocupa la mayor superficie del Parque. Es la zona palustre que rodea el lago de La Albufera. La mayor parte de su superficie se halla dedicada al cultivo del arroz, aunque desde hace algunos años se ha venido procediendo a un cambio gradual en el cultivo, transformándose el arrozal en huerta, por aterramiento, drenaje, etc., hasta convertirse en naranjal. 
En la marjal se pueden diferenciar tres grandes subambientes:
El arrozal: Ocupa la mayor extensión de Parque con cerca de 15.000 ha. y en él se pueden distinguir dos sectores.
Por una tierras altas se realiza con agua de los ríos Túria y Xúquer o con agua del lago parte el arrozal afectado por el nivel del lago (tancats) en el que la inundación de los campos depende del nivel. son por tanto los arrozales del entorno de L'Albufera y vienen a coincidir con la superficie ganada al lago para su uso agrícola.
Por otra parte, la inundación del arrozal de las elevada con motores.


Las acequias y "ullals" son áreas de agua libre situadas en la marjal. Las acequias constituyen un denso entramado que permiten la distribución del agua en los campos. estas acequias proceden de los aportes del río Jucar (Acequia Real del Xúquer) y del río Túria (Acequia de Favara) aunque algunas de ellas tienen su origen en los drenajes de los campos de cultivo (escorredors) o en "els ullals" existentes en la marjal. Los "ullals" son surgencias de agua subterránea, consecuencia del ascenso del flujo de agua dulce a lo largo de la superficie de interfase agua dulce-salada, al actuar el agua salada del subsuelo como barrera impermeable para el acuífero. Estos manantiales suponen el único aporte de aguas limpias en el ecosistema

3. El lago
Cuenta con una superficie de 2.837 ha, de las que 350 corresponden a las matas y orillas, su importancia es incuestionable dentro del Parque Natural, tanto por su significado en la regulación del flujo hídrico en el arrozal como por su valor ecológico y paisajístico. 
Las matas son acumulaciones de vegetación flotantes en el interior del lago; su importancia como lugar de refugio y cría para la fauna es extraordinaria.La orilla del lago o franja de vegetación que rodea al lago, constituye un filtro para las aguas que llegan desde los arrozales, también es una pantalla de protección y lugar de cria y refugio para la fauna.

4. El Monte

Se halla escasamente representado en el Parque Natural de La Albufera. Únicamente cabe resaltar los relieves en el término de Cullera (El Cabeçol, Muntanya de les Raboses) y en Sueca (Muntanyeta dels Sants) donde erige la ermita de Sants de Pedra del siglo XVII. 
La importancia ecológica que presenta este espacio natural ha quedado puesto de manifiesto con la reciente incorporación (8 de Mayo de 1990) a la lista de humedales de importancia internacional como hábitats de aves acuáticas.   
5. Fauna
Es en lo relativo a la avi-fauna donde el Parque Natural adquiere una mayor importancia, siendo la más importante zona húmeda de Europa, como área de acogida de aves. 

El grupo de aves más numeroso durante el invierno el de las anátidas, concentrándose entre 40.000 y 60.000 ejemplares. De ellas la más interesante es el pato colorado (SIVERT) que, con contingentes que llegan a 17.000 aves, convierten al lago en el lugar de invernada más importante de Europa Occidental para esta especie. Otras anátidas son el ánade real (COLLVERD), el pato Cuchara (BRAGAT), garceta común (XARXET), ánade rabudo (CUA DE JONC), ánade silbón (PIULÓ), ánade risco (ASCLE) y un largo etcétera.

En cuanto a las especies de limícolas invernantes, la avefría (JUDIA) y la agachadiza (BEQUERUDA) son las más importantes con cerca de 2.000. entre lárido, la gaviota es la especie más abundante, concentrando hasta 60.000 aves en algunos inviernos.           

Las ardeidas invernantes son la garza real (AGRÓ BLAU) con más de 1.000 ejemplares, la garcilla bueyera (ESPLUGABOUS) y la garceta común (GARCETA BLANCA). Asimismo se pueden encontrar en invierno algunas especies de aves marinas como el cormorán grande (CORBA) que llega a 1.000 individuos, y en menor medida el alcaraz (MASCARELL) y el alca común (CAVET).

Durante la época de la nidificación el Parque Natural de La Albufera adquiere todavía un mayor interés al acoger un gran número de especies, algunas en franco peligro de extinción.

En los arenales de la Dehesa, nidifican el chorlitejo patinegro (CORRIOL), el chorlitejo chico (CORRIOLET), el charrancito (ALCORROC). Hacia el interior en las malladas nidifican especies de gran valor ecológico, como la cigüeña (CAMALLONGA) y la canastera (CARREGADA). en las dunas de la Dehesa, donde existe estrato arbóreo bien desarrollado que proporciona cobijo y seguridad, se instalan colonias de garza real y de martinete.

Hay especies que se han visto sensiblemente reducidos sus efectivos, como el somormujo (CABRELLOT), la focha y el zampullín (ESCABUSSONET).
Entre los láridos que nidifican cabe destacar la charrán común (GAVINA D'ALBUFERA)



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