Las catas arqueológicas en una casa de la calle Verge del Roser han dejado al descubierto restos de una vivienda andalusí datada entre finales del siglo XII y principios del XIII, un hallazgo que el arqueólogo que ha coordinado las excavaciones, Joaquín Alfonso, calificó de “muy interesente” al aportar más datos al poblamiento y urbanismo de la antigua madinat-Unda, y es que “hacía mucho tiempo que no se encontraba nada resaltable en la zona que se encontraban dentro de las murallas”.
Estas estructuras guardan similitud con la vivienda de la plaza San Cristóbal donde a inicios de los años 90 se encontraron las yeserías, “pero en este caso no ha encontrado, lo que denota que se trata de una casa más humilde”, aunque igualmente de clase acomodada, ya que la vivienda, con patio central, se extendería más allá del solar donde se han realizado las catas, donde ahora se levantan otras viviendas.
El trabajo de campo se desarrolló durante febrero y marzo de este año por parte de la empresa ondense Arqueología y Patrimoni, con Lorenzo Carballo como director técnico, coordinado por Joaquín Alfonso.
Antes del derribo, el personal del Museu del Taulell retiró el plafón de la Virgen, según indicaron desde la empresa, aunque en el proceso se rompieron algún azulejo más de los que ya estaba en mal estado.
La intención es devolverlo restaurado al lugar original una vez finalicen las obras de la vivienda.
En el proceso del derribo, según apuntó Alfonso, “en el cual no se exigió la presencia de técnico arqueólogo alguno”, se derribaron mecánicamente dos arcos apuntados de sillería situados en la medianera de las dos viviendas objeto de la obra, que posiblemente se repongan cuando empiece la construcción del nuevo inmueble. Sin embargo, todavía se conservan otros dos arcos apuntados de sillería más, prácticamente completos, en la medianera trasera de la vivienda.
Un patio andalusí
Una vez empezó la fase de excavación, se hallarán los restos de la vivienda de finales del XII o inicios, donde destaca prácticamente completo un patio típicamente andalusí, con restos de la crujía,(pasillo o corredor largo con accesos a ambos lados) norte donde se hallaba la cocina, en la que todavía pueden verse restos de ceniza.
Allí se han recuperado abundantes restos cerámicos de esta época. Además, quedan restos de suelos, enlucidos y un banco de trabajo.
Con posterioridad, “después de la conquista feudal, la casa se ocuparía por sus nuevos dueños, ya cristianos (recordar que con la Carta Pobla de 1248 se expulsa a los anteriores pobladores a la Morería), y en un momento indeterminado de los siglos XIV-XV, se procede a hacer obras en la vivienda, con la construcción de los diversos arcos apuntados de sillería, pero la vivienda mantiene su estructura andalusí, ya que se conservan la diversas crujías y el patio central”, explicó Joaquín Alfonso.
Este patio, añadió, “se mantuvo tal cual hasta el siglo XIX”, y a partir de entonces la vivienda se dividió en cuatro viviendas diferentes. Dentro de poco se espera que empiezan las obras de la nueva casa del centro histórico.
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