De Vilafranca a Portell de Morella


Vilafranca, a más de mil metros sobre el nivel del mar. Todo sorprende en esta villa de Els Ports, ya que nadie espera encontrarse un lugar industrial y próspero en estos territorios de montaña tan aislados. Vilafranca ofrece al viajero diferentes paisajes y unas majestuosas vistas panorámicas.

Los barrancos, las montañas elevadas, las masías y las construcciones de piedra en seco diseminadas por el término nos dan una idea de cómo fue y cómo es la vida por estos parajes.

Les Coves de Forcall, Fonts del Llosar, La Gotera, el Barranc de la Fos, o el Tossal dels Montllats, con
1.656 metros, son zonas muy interesantes tanto por su propio encanto como para obtener unas excelentes panorámicas de las comarcas de Els Ports y L´Alt Maestrat.


Si comenzamos el recorrido por Vilafranca, destaca sutrama urbana sobre el Barranc de la Teuleria, sobre el
cual se pueden ver mosaicos de huertas tradicionales con sus canalizaciones para la lluvia y sus paredes de
piedra.

Recorrer las calles de Vilafranca nos hace retroceder en el tiempo. Cruzando la plaça d´En Basc d’Alagó bajaremos por la calle Major para llegar a la Iglesia, declarada Bien de Interés Cultural y que alberga en su interior, como un tesoro, un retablo gótico de 1429, obra de Bernat Serra.

Recorriendo el casco antiguo podemos visitar el ayuntamiento, que custodia un retablo de Valentí Montoliu, del siglo XV, el Hospital, las casas blasonadas o la casa señorial de los Brusca, rincones encantadores de esta localidad del interior de Castellón que diferencian la parte antigua, con sabor, de la nueva, como si fuera un pueblo dentro de una pequeña ciudad.

Si paseamos por fuera del casco antiguo nos encontramos con la ermita de Sant Roc, la de Santa Bárbara y el Calvario.
Lo mejor que se puede hacer para disfrutar y conocer la flora de Vilafranca es pasear por su entorno. En
Vilafranca podemos encontrar alrededor de setecientas especies diferentes, entre ellas encinas, pinares, robles y sabinas, así como enebro, espliego, ajedrea y tomillo.

Con un poco de suerte, podremos disfrutar de la privilegiada visión de aves de rapiña y mamíferos catalogados en peligro de extinción, junto con diversidad de pequeñas aves, reptiles, anfibios e invertebrados, e incluso cabras montesas. No en vano, Vilafranca está considerada como una de las áreas de mayor riqueza  faunística de la Comunitat Valenciana.

A partir de Vilafranca nuestra ruta puede tomar como destino el Llosar, un conjunto arquitectónico que
consta de la ermita de la Virgen del Llosar, del siglo XVII, una hospedería del siglo XVIII, els arcs del Pare
Plàcid, del siglo XIX, y varias casas, en un entorno tranquilo de gran belleza estética. En el santuario de
la Virgen del Llosar se venera a la imagen que fue encontrada por un labrador entre finales del siglo XIV
y principios del siglo XV. Desde el santuario parte una pista de montaña que conduce hasta Portell de Morella.


La localidad de Portell de Morella fue una antigua aldea de Morella en la que aún se encuentran restos de sus antiguas murallas y torres. Situada a unos 1.070 metros de altura, la población tiene un aire medieval que envuelve un conjunto urbano y cuenta con 260 habitantes. Pasear por sus estrechas calles nos retrotrae en el tiempo, especialmente cuando visitamos la iglesia parroquial dedicada a la Asunción, un bello edificio de estilo barroco del siglo XVIII.


1 • Ermita de Santa Bárbara
2 • Fonts del Llosar
3 • El Llosar. Ermita Virgen del Llosar
4 • Iglesia San Marcos
5 • Ermita de la Font


Cuando paseamos por Portell de Morella no podemos dejar de lado las ermitas localizadas en unos entornos
naturales silenciosos y armoniosos. La ermita de la Font, dedicada a Nuestra Señora de la Esperanza, de los
siglos XVI-XVII, y la ermita de San Marcos, situada en el barrio de Les Albaredes, del siglo XV, son una visita recomendada en el entorno de Portell de Morella.

Nos dirigimos ahora desde Portell de Morella a La Mata, por un camino asfaltado por el que atravesaremos espectaculares vistas entre barrancos, bosques de encinas y masías aisladas. En el trayecto a La Mata destacan los alrededores del río Cantavieja, donde se encuentra la zona de Les Calderetes, con unas pozas naturales aptas para el baño, y la Masía Molí la Punta, del siglo XVI.



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