Cuando los primeros colonos cristianos (S. XIII), llegaron hasta la entonces comarca moruna de la Vall d’Albaida, traían con ellos una nueva organización social y una concepción completamente diferente que se verá reflejada, ya sea en el reparto del territorio, en la producción artística, en la realización de un nuevo urbanismo o en general en todos los aspectos que envuelven la vida cotidiana de la población. La convivencia entre las dos culturas se prolongó durante 350 años hasta 1609.
Jaime I repartirá tierras y favores a sus vasallos, estos nobles serán quienes edificarán palacios, decoraran sus casas con blasones, embellecerán las ciudades y son también los que dominarán los molinos, las almazaras, los hornos y todo aquello de lo que extraer un beneficio.
La base económica de las tres poblaciones que nos ocupan era la agricultura, aunque se daban otras actividades como la manufactura de la lana, la ganadería, la fabricación de tejas y ladrillos, la carpintería, la construcción, la trajinería y la fabricación y reparación de aperos de labranza.
Estas actividades se agrupaban en gremios, ubicados en calles y plazas, de los cuales perviven sus nombres. La villa era un espacio concebido como centro comarcal de intercambios y como capital administrativa de los distintos señoríos. Es habitual el enmurallamiento de las ciudades como estrategia defensiva, así vemos como Ontinyent, Bocairent y Albaida se proveen de sólidas murallas, con puertas de entrada, barbacanas y alcázares para asegurar su defensa y al mismo tiempo la opulencia e importancia de los principales señores.
La distribución geográfica y la forma de ocupación del territorio experimenta una gran metamorfosi, así se pasa de la concepción andalusí, donde el hábitat se encuentra diseminado y disperso, con proliferación de alquerías próximas a pequeñas unidades hidráulicas, a una concepción cristiano-feudal donde las personas se agrupan para vivir la en villa y mejorar en seguridad. El urbanismo se adapta a la topografía. La capacidad defensiva de las villas de Albaida, Ontinyent y Bocairent residía fundamentalmente en la propia orografía del solar.
El trazado de los viarios se adapta a las curvas de nivel, las escalinatas salvan los grandes desniveles existentes, la presencia de plazas entrañables que se constituyen como punto vertebrador del urbanismo y enclave de la vida pública y comercial de las villas. Se empiezan a construir las edificaciones civiles más significativas en forma de ayuntamientos, de lonjas, iglesias y ermitas intramuros y fuera del perímetro de la villa.
Respecto a la producción artística de la Vall d’Albaida, la mayoría de las obras son casi todas del S. XV. La orfebrería, la pintura, la cerámica y la escultura son las principales disciplinas practicadas. La cruz procesional de Ontinyent, la “Vera creu” de Albaida (S. XV), realizada en oro y la cruz procesional de Bocairent del S. XV son buenos ejemplos de los trabajos realizados por los orfebres de estas poblaciones. Respecto a las pinturas, las obras más destacadas se encuentran en Ontinyent (La anunciación de la iglesia de Santa María de Ontinyent del S. XIV) y Bocairent, (retablo de la última cena y el de la Virgen de la Salud del maestro Borbotó, localizados en el museo parroquial de Bocairent). Otras dos obras de la época, pero desafortunadamente desaparecidas son los retablos góticos de la iglesia parroquial de Albaida y el retablo del Hospital-ermita de San Miguel de Albaida.
Los ejemplos de esculturas más características, son el buen pastor situado en el muro norte de la iglesia de Santa María de Ontinyent, la Virgen de la Asunción, en la bóveda de una de las capillas laterales de la misma iglesia y las ménsulas esculpidas en la escalera gótica del palacio de los Condes de Torrefiel, S. XV. En Bocairent, la pila bautismal del S. XV (iglesia parroquial) y el cristo de la ermita de San Antonio son los ejemplos más destacados.
Por último destacar la enorme importancia que la cerámica, tanto en forma decorada como en la producción de pequeñas piezas tuvo en la época medieval en la Vall d’Albaida. Como ejemplo la colección de cerámica del S. XV que se guarda en el museo parroquial de Bocairent.
Me ha gustado saber la historia de ésta zona he vivido en Pinet último pueblo de la Vall d´Albaída en la zona lindante de Barx y mis abuelos eran de La Font de la Figuera donde teníamos que ir a hacer gestiones en éste caso a Ontenyent, me gusta toda esta zona de la que he disfrutado al visitarla. Un saludo y gracias por vuestra importante información
ResponderEliminar